Hidroeléctricas

Hay quienes han opinado que las presas hidroeléctricas, como no queman combustibles, generan energía “limpia”. Sin embargo, tienen impactos graves: en los embalses, la pudrición de la vegetación genera metano, potente gas de invernadero. La interrupción del flujo afecta a los ecosistemas costeros, que requieren nutrientes y materiales de las partes altas. Diversas especies acuáticas no pueden reproducirse sin desplazarse río arriba y río abajo. Las comunidades ven afectadas sus actividades productivas, su cultura, su acceso al agua. Y quedan expuestas a inundaciones en caso de fallas. En Veracruz hay proyectos de presas sobre los ríos Bobos-Nautla, La Antigua, Blanco y otros, y las comunidades se organizan para resistir.

Se debe cuestionar para qué se produce energía y quiénes están beneficiándose con el actual modelo. Urge impulsar energías social y ambientalmente aceptables, dando preferencia a proyectos de una escala manejable por las comunidades.

Además de las presas, hay en Veracruz proyectos de trasvases. Uno de ellos, Monterrey VI, llevaría agua del río Pánuco al estado de Nuevo León.

Las comunidades deben tener derecho a otorgar o no su consentimiento a todos estos proyectos, con base en consultas previas, libres, informadas y culturalmente adecuadas.