El artículo expone lo absurdo y lo dañino del periférico que se pretende construir entre Córdoba y Orizaba. Entre estas ciudades ya existe una autopista y una carretera federal. El trazo cruza dos áreas naturales protegidas: el Cañón de Río Blanco y parque Metlac-Río Blanco, que el gobierno estatal declaró ANP en 2013.
El proyecto abarca 216 hectáreas y estima la pérdida de diferentes tipos de vegetación: bosque de pino-encino, selva alta, selva mediana, bosque de galería y pastizal natural e inducido. El trazo contempla túneles, puentes y perforar el cerro San Cristóbal, lo que provocará afectaciones hídricas. La gente de la zona está inconforme porque no ha habido consultas, y los campesinos se preguntan: “Si hacen una carretera, ¿luego cómo siembras? ¿Dónde vamos con nuestras plantas… y los hijos, y los nietos?”.“El Gobierno nos va acabando. El pobre es pobre y él da autopista, pone casetas… Va a ganar el gobierno, pero no los campesinos”.