Búsquedas por una producción sustentable y solidaria de Café

El café en Veracruz tiene una gran relevancia cultural, económica y ecológica debido a que es un cultivo realizado por una gran diversidad de pequeños productores desde la Huasteca a los Tuxtlas, pasando por la Sierra de Zongolica y las regiones de Huatusco y Coatepec. Es un cultivo que se realiza bajo la cobertura de árboles diversos, lo que ha estado directamente relacionado al uso de variedades arábigas. Estas se caracterizan por darnos cafés de mejor sabor, calidad en taza. Los cafetales bajo sombra son ecosistemas que proveen café de buena calidad y sustento así como otros alimentos, plantas medicinales, recursos maderables y no maderables además de generar agua, retener suelos y cubrir otras necesidades de las poblaciones de las cuencas en su conjunto. La organización de las productoras y productores es fundamental para lograr precios justos, poder aprender conjuntamente acerca de buenas prácticas agroecológicas que convivan con los ecosistemas originales como el bosque de niebla o la selva alta y poder apoyarnos como campesin@s. Afortunadamente existen inciativas que conservan la identidad cafetalera colectiva y respetan a nuestra madre tierra. Organizaciones como el Consejo Regional del Café de Coatepec (CORECAFECO) y sus más de 20 cooperativas asociadas en la zona de Coatepec o de VIDA A.C. en la región de Ixhuatlán del café son buena muestra de que organizad@s podemos seguir conviviendo con el entorno, tener una vida digna y mantener la interdependencia equilibrada entre el campo-ciudad, consumidor@s y productor@s.

El aislamiento, la desesperanza, las plagas de la roya y los bajos precios acechan a las familias cafetaleras veracruzanos en estos tiempos de cambio climático, migración y promoción de cafetales monoespecíficos con variedades de sol (café robusta). En este contexto la empresa multinacional Nestlé, la empresa de alimentos más grande del mundo, acopia, pagándole injustamente l@s productores, y transforma, con voluminosas concesiones de agua generadas por los ecosistemas originales, materia prima (café cereza y leche) en su planta de Coatepec. Con ello genera productos costosos para las familias, de menor frescura y destinados principalmente a la exportación. Además muestra poco interés en promover las prácticas agroecológicas y respetar la cohesión social. Aunado esta empresa tiene planeada una nueva “fábrica de café” en el puerto de Veracruz. Un proyecto con alcance latioamericano que podría darle la estocada final a los cafetales de sombra del estado y el país pues su funcionamiento se sustenta en el café de sol-robusta, contribuyendo al desarraigo y al empobrecimiento de las condiciones de vida de los pobladores y de ecosistemas críticos para nuestra supervivencia.